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Muchas personas no se sienten felices durante las fiestas. Para algunos, la falta de espíritu navideño va más allá de ser un tacaño. Hay todo tipo de razones para la tristeza navideña: problemas de dinero, enfermedad, pérdida de un ser querido, soledad, y una que a menudo se denuncia poco y se sufre en silencio: el aborto.

A las mujeres que han abortado en el pasado puede resultarles difícil pasar las Navidades sin pensar en su pérdida.

Amanda abortó en julio; en septiembre ya temía la Navidad. Cuando acudió a Options para recibir atención tras el aborto, nos contó que pensar en la Navidad le resultaba insoportable. Se sentía fatal por ver a sus familiares que tenían bebés y niños pequeños. Le recordaban al bebé que decidió no tener.

Su futura cuñada estaba embarazada y salía de cuentas en enero. Amanda se preguntó lo diferentes que serían las Navidades si siguiera embarazada y esperando el nacimiento de su propio bebé. La culpa, mezclada con la tristeza por su secreto, le hacía querer esconderse de todos sus seres queridos, sobre todo durante las fiestas.

Nadie sabía que Amanda había abortado, excepto su novio, y a él le parecía bien. Su capacidad para quitárselo de encima y seguir adelante la hizo sentirse aún más sola y profundamente deprimida en Navidad, e incluso un poco enfadada.

Amanda no sentía que pudiera contarle a nadie de su familia lo del aborto, ni sentía que pudiera confiar en ninguna de sus amigas. Pensó que la juzgarían y pensarían que era una persona horrible. Sólo quería que alguien comprendiera por lo que estaba pasando, pero al mismo tiempo se sentía agobiada por un secreto que para ella era demasiado terrible como para compartirlo.

En cuanto a la Navidad, quería saltársela por completo.

La experiencia de Amanda no es única. Muchas mujeres que han abortado sienten su pérdida más intensamente en Navidad y durante las fiestas. La Navidad gira en torno a los niños, empezando por el bebé en la escena del pesebre y continuando con Papá Noel y el mandato de sorprender a los niños con juguetes bajo el árbol la mañana de Navidad. Para mujeres como Amanda, que han abortado en su pasado, esta fiesta centrada en el niño puede sentirse como un cuchillo en el corazón.

Si has abortado y te cuesta pasar las fiestas sin que se te forme un nudo en el estómago o se te llenen los ojos de lágrimas, no estás sola. Hay gente que comprende y que quiere ayudar, sobre todo en Navidad.

He aquí algunos consejos para encontrar ayuda tras el aborto:

  • Confía en un amigo o familiar en quien confíes.
  • Ponte en contacto con tu comunidad religiosa. La mayoría de las comunidades religiosas tienen algún tipo de atención pastoral. Si no pueden ayudarte, te indicarán a alguien que sí pueda.
  • Busca asesoramiento profesional si te sientes deprimido.
  • Habla con tu médico o profesional sanitario.
  • Busca en Internet foros post aborto. Aquí tienes algunos buenos sitios para empezar:
  • Lleva un diario para anotar tus sentimientos. Escribir un diario es una buena forma de descargar lo que llevas dentro.
  • No tengas miedo de pedir ayuda si la necesitas. Línea nacional de ayuda tras el aborto: 888-456-HOPE (4673)

Es importante recordar que cada mujer que experimenta un aborto es diferente. Algunas mujeres afirman no tener sentimientos de remordimiento o tristeza relacionados con su aborto. Lo más probable es que, si estás leyendo esto, no seas uno de ellos.

Si eres de aquí, puedes llamar a Opciones o visitar nuestro centro, donde encontrarás compasión y aceptación, y un lugar seguro donde ser escuchado. Te escucharemos profundamente con el propósito de ayudarte a vaciar tu corazón para que puedas ser libre y volver a disfrutar de la vida. Encontrar a la persona adecuada con la que hablar después de tu aborto para expresar tu dolor es el primer paso. Depende de ti aceptarlo.

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