Mucho que agradecer
Hemos tenido un año difícil en Options. Hemos experimentado el dolor y la pérdida y los retos diarios que conlleva afrontar la vida sin la presencia de Joanne Thomas, Pat O’Neill y otros amigos de Options, a quienes todos queremos y echamos mucho de menos. Aun así, Options tiene mucho que agradecer.
Por un lado, todo nuestro personal y equipo de voluntarios han sentido el apoyo y las oraciones de nuestra extensa familia de Options. Vuestras tarjetas y palabras de ánimo, llamadas telefónicas, correos electrónicos, visitas, donativos económicos y auténtica lealtad al ministerio nos han mantenido a flote.
¿He mencionado la oración? Lo hago de nuevo porque merece la pena mencionarlo dos veces, ya que este ministerio sería inútil sin vuestras oraciones que nos conectan con el Espíritu Santo, que nos guía y nos sostiene.
A lo largo de estos meses difíciles estamos agradecidos por la claridad y la paz que nos da saber que las Opciones son el ministerio de Dios, y en nuestra pérdida somos cada vez más conscientes de que necesitamos depender de Él para todo, “Porque en Él vivimos, nos movemos y existimos”. Hechos 17:28
Al igual que un bebé vive en el vientre de su madre y depende de ella para su propia existencia, nosotros dependemos de la gracia de Dios en cada acto de nuestro ministerio a nuestros clientes y a la comunidad; y al igual que un bebé nunca está del todo solo en su existencia en el vientre materno, sabemos que nunca trabajamos solos en Options, pues estamos conectados a todos los que os unís a nosotros en este trabajo, unidos por nuestra fe y nuestro compromiso de proteger la vida.
Hace unas semanas tuve noticias de una clienta tras una larga ausencia de comunicación. La última vez que hablamos estaba a punto de tomar la decisión de abortar. Cuando faltó a su cita para la ecografía y dejó que mis llamadas quedaran sin respuesta, tuve la certeza de que había abortado. Sin forzar un contacto no deseado, me resigné a rezar. ¿Qué sabía yo? Le dejé mensajes de texto y le envié un correo electrónico expresándole mi preocupación… sin respuesta. Parecía racional rendirse.
Hace dos semanas me llamó, a un mes de la fecha del parto. Después de todo, ella había elegido la vida. Aunque no volvimos a hablar después de nuestro encuentro inicial, me agradeció que nunca la abandonara. Oía mis llamadas y leía mis mensajes y correos electrónicos, aunque no respondía. Lo que ella no sabía es que, en mi mente, yo había renunciado a ella. Mis oraciones y las oraciones de los demás nunca se rindieron y fue a través del poder de la oración como alcancé -y esperé.
Por eso, al acercarnos al Día de Acción de Gracias, quizá lo que más agradezcamos es que Dios nunca nos abandona. Incluso cuando no podemos verle obrar, Él está. Incluso cuando estamos decepcionados, Él lo está. Incluso cuando estamos afligidos, Él lo está.
¡Gracias Dios por todo!
Que tengas un Feliz Día de Acción de Gracias.
Llámanos